Rosca de Reyes: una deliciosa tradición mexicana
Como cada 6 de enero, niños y adultos esperan con gran ilusión la llegada de los Reyes Magos, anhelando los presentes que con ellos traigan; así como, convivir y cortar un pedazo de la tradicional Rosca de Reyes, junto a familiares y amigos. ¿Pero alguna vez te has preguntado cuál es la historia de esta dulce tradición?
A continuación, te contamos un poco del origen y algunos datos curiosos acerca de esta deliciosa costumbre familiar.
La Rosca de Reyes mexicana es un pan parecido al brioche, el cual se compone por incluir harina, levadura, ralladura de naranja, flor de azahar y mucha mantequilla, adornada de frutos cristalizados, ate de distintos colores y sabores así como la deliciosa y codiciada pasta de concha azucarada de la cual todos queremos tener en nuestra rebanada.
Este delicioso pan llegó a México gracias a España, debido a que en el siglo XVII, se introducía la religión cristiana como principal dogma de fe y para citar la conmemoración de la Epifanía, la cual manifiesta la presencia física de Jesús como salvador del mundo. Aludiendo al pasaje bíblico de aquellos sabios de oriente que realizaron una travesía hasta un pueblo llamado Belén, llevando consigo ofrendas preciosas para él entonces recién nacido. Sin embargo, su posible origen pagano remonta a la antigua Roma y Francia, junto con la tradición judía del pan ácimo.
Durante la Edad Media, en las celebraciones del Mundo del Revés en Francia, se realizaba la repartición de panes dulces, en la cual había la posibilidad de encontrar un haba dentro y el afortunado que la encontrara, era nombrado “Rey del haba”, lo que le permitía gobernar y hacer bromas a la autoridad por un día, sin embargo, este podía recibir azotes como castigo.
Esta tradición fue llevada a España por Felipe V, el cual mejoró su composición y lo convirtió al llamado “Roscón de Reyes”, así como el intercambio del haba por el muñequito de plástico o porcelana que todos conocemos, el cual representa al niño Jesús escondido por sus padres durante la persecución de primogénitos recién nacidos.
Los elementos de la rosca cuentan con mucho simbolismo. Desde su forma que evoca tanto a la de una corona como para otros, el amor infinito de Dios.
Los frutos cristalizados y el ate de colores simbolizan las joyas de esta corona los cuales evocan amor, felicidad y paz, aunque junto a la pasta de concha, representan las distracciones del mundo que impiden al hombre acercarse a Dios y finalmente, representando con el cuchillo, el peligro de muerte de Jesús condenado por el Rey Herodes.
En México, este suculento pan se suele acompañar de un chocolate caliente o café de olla.
De acuerdo a la tradición católica, quienes encuentren el muñequito dentro de la rosca, se convierten en los padrinos del niño, los cuales tienen que vestirlo y llevarlo a la iglesia a bendecir. Para después llevar a cabo una reunión e invitar el atole y tamales el 2 de febrero, Día de la Candelaria, que representa el final de las celebraciones navideñas.
Cuéntanos, ¿te salió el muñequito?
