Alejandro de la Madrid, un hombre con valores
Alejandro de la Madrid es un actor mexicano de teatro, cine y televisión. Es un hombre relajado, que disfruta estar en casa, salir a caminar con sus perros, comer con sus amigos y visitar a su familia. Alex sin duda se caracteriza por su sencillez y buen corazón.
¿Quién es Alejandro de la Madrid?
Fui un niño que tenía muchos sueños y pensaba que las cosas eran imposibles. De pronto me di cuenta de la perseverancia, la disciplina y, sobre todo, las ganas de hacer lo que te gusta. Siempre tuve claro lo que quería ser; nunca dudé. Al inicio tuve miedo y me dieron ganas de tirar la toalla, porque no es una carrera fácil. En esta vida, una cosa es los sueños y la otra es entender lo que quieres hacer. Es una carrera que hay que entenderla para quererla, amarla y aceptarla como es.
He sido muy afortunado, pero también por mi parte ha habido mucha constancia, disciplina, entrega, pasión y paciencia. Siempre he puesto por delante mi trabajo personal antes de poder seguir avanzando; eso me ha acomodado en un lugar de mucha más tranquilidad para mí.
Soy un hombre que disfruta de su espacio. Me gusta darme el tiempo para mi familia, para las personas que amo. Soy muy amoroso y tengo muchos amigos. Me encanta mi casa, mis perros y mi soledad. Tengo una vida plena y me siento muy realizado en la parte profesional y personal.
¿Cómo es que llega la actuación a tu vida?
Yo nací y crecí queriendo ser actor. Era el típico niño que bailaba y cantaba; veía telenovelas o programas de tele y repetía las escenas con mis amigos o les cantaba a mis hermanos. Nunca lo dudé, pero todo esto lo veía muy lejano porque no tenía conocidos ni nadie que pudiera guiarme para saber dónde empezar o qué clases tomar. Es una carrera muy juzgada.
Yo creo en el destino y en lo que a uno le toca, porque así es la vida, y de la nada empecé a conocer gente que se acercaba a lo que yo quería hacer, que daba clases de baile. Por medio de un amigo conocí a una persona que hacía teatro y fui a una audición. No sabía que ellos me habían inscrito de broma y, como no me daba pena, pues pasé y me quedé. Sin duda, estaba destinado a suceder.
A partir de ese día no dejé de trabajar. Mi primera obra de teatro fue como a los quince años; era un musical de gran formato. Para mí, el teatro es el lugar donde más feliz y seguro me siento, donde disfruto estar.
Siendo actualmente uno de los actores más vigentes de la televisión mexicana, ¿cómo es que logras balancear tu vida profesional con la personal?
Cuesta trabajo porque, al estar tan metido en diferentes cosas, de pronto lo que te falta es tiempo. La verdad, lo que más valoro de mi vida es el tiempo, y no es para hacer cosas extraordinarias. Es para hacer cosas simples, como estar en mi casa tomando un café, estar con mis perros, salir a caminar, ver a mis amigos, comer con mi familia.
En las cosas simples enfoco mi felicidad. Aunque esté muy cansado, procuro darle tiempo a mi familia. Me busco espacios para tener tiempo de calidad.
¿Qué has tenido que sacrificar para llegar hasta donde estás?
Esa es una pregunta muy padre. El otro día decían que el sacrificio era no ir a las bodas, a los cumpleaños, a veces no estar con la familia, pero yo he priorizado por siempre mi vida personal por encima de todo. A veces se puede.
Más que un sacrificio, es un intercambio. El hecho de trabajar en algo que a mí me gusta me da la posibilidad de que eso no se vuelva un sacrificio, porque estoy en un lugar que yo escogí y me encanta; si no fuera así, empiezas a reprochar por perderte todos los eventos o lugares.
Sin duda, eres un hombre multifacético: te hemos visto en televisión, cine, teatro y streaming. En tu opinión, ¿cuál es la plataforma donde mejor te desenvuelves como actor?
Amo todos los espacios. La tele fue una enseñanza muy bonita; me encanta hacerlo porque da la oportunidad de conocer a mucha gente. El teatro es el lugar donde crecí personal y profesionalmente; es donde me siento más seguro.
¿Cuál ha sido el proyecto que ha significado el mayor reto en tu carrera?
Sin duda, José José fue un personaje complejo en lo personal y en la ficción. Fue un proyecto muy bonito para mí pero, a la par, muy difícil. Muchas cosas involucradas, una vida muy trágica. Me ayudó mucho porque me metió en un estado de consciencia que después me fui a meditar y a retiros. Necesitaba alejarme de todo eso. También hice consciencia de respetar el arte. Me hizo reflexionar en muchas cosas. Es un personaje muy diferente a lo que soy como persona.
¿Qué buscas transmitir en cada proyecto que realizas?
Me gusta compartir la herramienta y el instrumento que son los sentimientos. Me gusta mucho que el público vea cosas diferentes, que no se aburra de ver lo mismo. Nosotros mismos nos reinventamos todo el tiempo.
A la gente le sorprende ahora que me ve en Mamma Mia: “¡Qué padre que cantas” y “¡No sabíamos que cantabas!”, y de pronto que me vean en la tele haciendo un villano. Me gusta que vean cosas diferentes en mí.
Actualmente te hemos visto en Madre de alquiler, esta serie que tiene como tema central el embarazo subrogado. ¿Qué opinas de esta práctica y de que en México solo está regulada en Tabasco y Sinaloa?
Pues mira, me parece un tema muy delicado. Primero, porque no tengo toda la información para contestar la pregunta, pero mi opinión personal es que las personas involucradas estén conscientes de la decisión y acompañadas; que no sea por una necesidad o abuso de poder; que se vea como una posibilidad para alguien que lo necesita mucho, tanto de una lado como del otro, siempre desde un buen lugar y con las mejores condiciones para ambas partes.
En algunos puntos tengo pensamientos conservadores, pero no he estado en esa situación y juzgar es difícil. Hay gente a quien le ha cambiado la vida y así es el mundo, pero siempre hacer las cosas por el buen camino.
Hablemos de Mamma Mia, el musical. ¿De qué manera llega este proyecto a tu vida? ¿Y cómo logras interpretar a “Sam” sin tener la referencia de la paternidad?
Siempre he estado muy cercano a Claudio Carrera, que es el productor; primero, porque él es amante de los perros, como yo, y hace muchos años tuve una asociación y él me ayudaba. En ese tiempo yo hacía una obra con Luis Gerardo Méndez que se llamaba El curioso incidente del perro de medianoche y aparte, en la salida, había perros en adopción. Siempre me invitaba a sus proyectos, pero no habíamos podido coincidir.
El año pasado me marcó para platicarme que traería la obra y que quería que estuviera en ella; entonces, como siempre me he ganado mi lugar, apliqué a las audiciones, porque a mí nadie me ha regalado nada. Yo sigo haciendo mis audiciones. Un día me mandó un mensaje y me dijo: “qué padre tenerte aquí, ‘Sam’”, y pues fue una sorpresa para mí, porque es un personaje más adulto. Estoy muy contento.
Fíjate que a los referentes, en mi caso, sí me gusta considerarlos. Tengo sobrinos y he sido muy cercano a ellos. Para la gente que me conoce, tengo una parte súper paternal. Yo debí ser papá, pero ya se me pasaron los años. La verdad es que sí me hubiera gustado. Tengo una conexión muy linda con Sofí Carrera, que es tentativamente mi hija en la obra, y lo hacemos de una manera súper orgánica y natural. No tuve que hacer un trabajo: se me hizo muy fácil hacer el papel de padre. Lo hago desde el corazón y es muy bonito.
¿A quiénes admiras en otros ámbitos?
Admiro a mucha gente. Ahora en las redes me he inspirado con mucha gente que hace interiorismo, arquitectura. Me gusta la gente que viaja. Tal vez estos que admiro no tienen un nombre de los que estamos acostumbrados a decir, como Buda. Admiro a gente que está entre nosotros.
Decálogo de vida. ¿Cuáles son las cosas indispensables en tu vida?
Buena música, un buen libro, mi casa y generar buena energía.
¿En qué otros proyectos te veremos en lo que resta del año?
Hay muchos, pero creo que serán para el 2024. Hay una película que igual y sale en lo que queda del año; se llama Me vuelves loca, con Aislinn Derbez, pero no sabemos cuándo se estrena.
Tengo por estrenar dos series el año que entra, pero por ahora me quedo con la obra de teatro; empezamos la gira en septiembre y nos vamos a Monterrey, Guadalajara, Puebla y Mérida, entre otras ciudades. Acabo de terminar La Lola, una serie de VIX y también es para el año que entra.
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