MÉXICO FIRMA UN BRONCE HISTÓRICO EN EL MUNDIAL FEMENIL SUB-17
La Selección Mexicana Femenil Sub-17 volvió a hacer historia al conquistar el tercer lugar en
la Copa del Mundo Femenil Sub-17 Marruecos 2025. Un resultado que confirma el
crecimiento del fútbol femenil en México y consolida a esta generación como una de las más
competitivas del continente.

Un camino construido con carácter y madurez
El equipo dirigido por Miguel Ángel Gamero mostró desde la fase de grupos una identidad
clara: solidez defensiva, orden y una sorprendente madurez táctica. México avanzó como uno
de los equipos más equilibrados del torneo y se instaló en los cuartos de final, donde enfrentó
a Italia en un duelo de alta tensión. El partido se definió desde los once pasos, y ahí emergió
la gran figura del torneo: Valentina Murrieta, guardameta mexicana que detuvo el penal
decisivo para asegurar el pase a semifinales.
En esa instancia, México se encontró con una potencia europea: Países Bajos. Fue un duelo
táctico y de alto nivel, que terminó 1-0 en favor de las neerlandesas. Lejos de caer
anímicamente, el equipo mexicano mostró temple y entendió que aún había una medalla por
disputar.

El juego por el bronce: resiliencia pura
El duelo ante Brasil por el tercer lugar puso a prueba la fortaleza emocional del equipo. Las
sudamericanas se adelantaron al minuto 78, obligando a México a atacar con todo en los
minutos finales. La insistencia rindió frutos cuando, en el tiempo agregado, México empató
gracias a un autogol brasileño que devolvió por completo la esperanza.
La historia volvería a escribirse en los penales. Murrieta, con una actuación impecable, detuvo
dos disparos y consolidó su lugar como una de las mejores arqueras juveniles del mundo.
México ganó la tanda 3-1 y se colgó la medalla de bronce. Su desempeño fue tan determinante
que Murrieta recibió el Guante de Oro como la mejor portera del torneo.

Una generación que inspira
El éxito de México se explica por la fortaleza colectiva del grupo. La defensa, con Ximena
Monroy como referente, aportó orden y liderazgo en los momentos decisivos. Futbolistas
como Zoe Sánchez y Miranda Solís marcaron presencia con su intensidad, inteligencia y
dinamismo cada vez que participaron, aportando variantes y demostrando que esta
generación tiene talento repartido en todas sus líneas.
Es la segunda vez que la Sub-17 femenil mexicana sube al podio en un Mundial de esta
categoría, después del subcampeonato obtenido en 2018 en Uruguay. Este bronce en
Marruecos 2025 no es una casualidad, sino el reflejo de un proceso de formación que empieza
a dar resultados tangibles.
Más que un podio
El resultado va más allá de la estadística. Este bronce es un mensaje claro sobre el futuro del
fútbol femenil mexicano: hay talento, hay estructura, hay visión y hay una generación que no
le teme a competir contra las potencias del mundo. La Sub-17 mexicana demostró que no solo
participa: compite, crece y trasciende.
México se despidió del Mundial con una medalla histórica, con futbolistas que hoy ya son
referentes juveniles y con la promesa de que muchas de ellas estarán pronto escribiendo su
nombre en la selección mayor. Este bronce no solo reconoce lo que lograron en Marruecos:
anticipa lo que están destinadas a construir.

