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Noche bohemia con Maxia (se pronuncia Magia, con X de México)

Durante una cata, Ada Stiker habla de la importancia de imprimir pasión y conocimiento en la creación de los vinos

Por: Mariana Díaz Torres

Una de las noches más lluviosas y frescas, en lo que va del año, fue parte del escenario que rodeó la cata y maridaje que encabezó la experta en vinos Ada Stiker, quien, a través de una amena plática, compartió con los asistentes los inicios de los Vinos mexicanos Maxia y sus características, además de todo aquello que la llevó a crearlos con tanta pasión.

Durante la velada, el  sommelier Raúl Vega, co- fundador del club de vinos privado La Mesa 19, dio la bienvenida a los comensales, al tiempo que explicaba cómo sería la experiencia gastronómica.

La degustación comenzó con el vino blanco Maxia 2018, el cual, de acuerdo a su autora, los aromas a coco, té verde, lichie y flores son los que predominan en su composición; siguió el vino rosado Maxia 2019, que además de la belleza de su botella, es un caldo fresco y frutal, ideal para acompañar con salmón, pescados y/o atún. Cabe mencionar que obtuvo la más alta puntuación en la Guia Peñin con 90 puntos.

Vino Tinto Maxia Ensamble, mezcla de tempranillo, grenache y cabernet, fue el tercero en llegar al paladar de los presentes, afrutado, amigable con crianza de 10 meses en roble francés, mientras que el Vino Tinto Maxia Pinot Noir 20018, considerado como el más complejo por la naturalidad de la misma uva, fue el último en ser catado.

Cabe resaltar que cada una de las botellas cuenta en la etiqueta con un código QR que dirige hacia una playlist, sugerida por Ada, esto con la intención de hacer más completo el disfrute de los sentidos al tomar Maxia, ya que para la experta, los vinos deben ser hechos con mucha pasión y degustarlos de la misma forma.

De esta manera, se dio inicio a la ronda de platillos, los cuales fueron preparados por el chef Jorge Tellez, quien mostró sus grandes habilidades culinarias durante los tres tiempos. Para maridar con el rosado, hubo una tataki de salmón y jícama, el tinto blend hizo sinergía con los ravioles rellenos de short rib bañados con salsa de champiñones y trufa y como postre, un budín con yogurt y mantequilla, que resaltaba con el Pinot Noir, todo ejecutado con el toque secreto de su creador.

Para complementar la noche, la anfitriona deleitó a los espectadores con diversas canciones comenzando con una compuesta por ella y otras como “Don´t Speak”, de No Doubt en versión bossa nova; “Treasure” de Bruno Mars a dueto con Jethro Martial su colega en el piano; “Lo Quiero a Morir”, de Shakira, entre otras melodías interpretadas por Stiker en español, inglés y francés; sin duda, el toque perfecto para cerrar la noche.