Estrés laboral
Desde el 2020 derivado de la pandemia entramos en un lapso de desorden laboral, muchos de nosotros tuvimos el privilegio de irnos a nuestras casas a realizar home office con la mentalidad de que todo pasaría rápido y que a las semanas regresaríamos a ocupar nuestro espacio de trabajo, pero han pasado casi dos años y hay muchos que aún siguen en esta modalidad.
Para muchos el home office se ha convertido en la forma favorita de trabajar porque todo lo haces en la comodidad de tu hogar, no padeces el transporte, no tienes que pararte temprano para arreglarte e ir a la oficina, pero no todo es favorable, los tiempos de trabajo se extienden, pareciera que tu horario laboral desaparece y si aunado a esto eres mamá y esposa tendrás que lidiar con actividades extras como la escuela, casa entre otras cosas que seguro te provocaran un estrés laboral.
En la actualidad es común escuchar y leer sobre estrés laboral. La mayoría de los autores lo define como un conjunto de reacciones físicas y mentales que tiene un colaborador cuando se ve sometido a diversos factores que alteran la forma como los enfrenta.
Es cierto que cuando nos sentimos en un buen ambiente de trabajo, donde la comunicación es efectiva, donde hay una buena relación entre los compañeros, donde tenemos oportunidad de desarrollo, nuestra efectividad y productividad se incrementan. Podríamos pensar que entre mejor nos sentimos en un trabajo, menos niveles de estrés laboral padecemos.
Sin embargo, aunque generar un entorno de trabajo óptimo sí tiene que ver con la cultura de la empresa, la operación y cómo realizamos nuestro trabajo se relacionan con nuestra responsabilidad individual y como colaboradores.
Encontrar nuestro bien-estar es una decisión que en temas laborales comienza primero con el conocimiento que tenemos de nuestras habilidades y del dominio de las actividades que desempeñamos.
Cuando tenemos una consciencia plena de lo importante que resulta nuestro trabajo para la empresa de la que decidimos ser parte, de inmediato o, por lo menos así tendría que ser, asumimos la responsabilidad que conlleva y tomamos el control de una manera efectiva.
Cuando sabemos priorizar, delegar, diferenciar entre lo urgente y lo importante; cuando sabemos organizar nuestro tiempo para dar resultados extraordinarios y ser más efectivos, entonces generamos las condiciones para que el estrés no genere alguna disfuncionalidad en el desempeño de nuestro trabajo.
Por ello, la sugerencia es que tomes el control de tu puesto y asumas la responsabilidad que tu trabajo conlleva para que puedas funcionar mejor y el estrés no te rebase.
Recuerda que si estás en esta empresa es porque, dentro del proceso de selección, eres la persona indicada para desempeñar tu labor. Tienes el talento y la habilidad; solo asume tu parte de responsabilidad porque tú eres pieza clave para el éxito de la compañía.