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Desde la mirada de un niño

Desde la mirada de un niño piensa que deseas resolver hoy… y encontrarás fabulosas y tangibles respuestas, solo inténtalo.

Cuando estamos cerca de un niño o tenemos la fortuna de convivir con alguno, sin duda nos damos cuenta del fantástico universo que ellos poseen a manos llenas.

Y es que desde la mirada de un niño podemos ver un trozo de cartón como un fabuloso castillo donde enfrentar dragones y vencerlos; podemos compartir con nuestros amigos pasteles y helados hechos con plastilina para moldear como si fueran las creaciones más fabulosas de una pastelería francesa; podemos plantar un frijol en una macetita y esperar día tras días sin desesperarnos hasta que crezca y veamos su primer brote; quizá desde su mirada podríamos viajar con ellos a través de su prodigiosa imaginación, explorar tierras siniestras y mágicas; conquistar sueños increíbles, acabar con nuestros miedos, contar fabulosas historias, crear mundos, personajes, nuevos sabores, más emociones, múltiples sensaciones, nuevas palabras, muchas preguntas, convertirnos en todo lo que se nos ocurra, construir cuanta cosa imaginemos, hablar de cualquier tema sin tener que investigar nada; en fin, ser niños, maravillosos niños sin ninguna expectativa ni pretensión, solo ser niños, con esa clara y única mirada.

Reconocernos con ellos como niños, saber lo que guardan como un tesoro en su alma, en su corazón, en sus palabras; convertirnos de cuando en cuando como ellos en almas sencillas y mágicas que no ven problemas sino soluciones, que no sufren por el futuro ni anhelan el pasado; sólo se reconocen en el hoy; créanme que si tuviéramos esa fabulosa bendición de ver todo desde la mirada de un niño, todo sería tan claro y transparente como sus ojos y su alma; nuestros conflictos de adulto se generan al perder esa fabulosa visión de un niño…