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Mitos y realidades del vino blanco

Se dice mucho que el mejor vino es el tinto y no el blanco, por ello desmentimos algunos mitos y te compartimos algunas propiedades de esta bebida.

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Para empezar, el vino blanco es el único que se puede elaborar con cualquier tipo de uva, ya que dentro de estos podemos encontrar los vinos hechos con uvas negras. Este tipo de vino es más ligero por la maceración, sin embargo, si el tipo de uva es potente, puede tener tanta presencia como un tinto.

Contrario a lo que se cree, el vino blanco puede combinar perfecto con platillos muy condimentados y hechos con carne de cerdo, aves y salsas, además van perfectos con quesos tipo brie e incluso con ciertos quesos curados.

Los vinos blancos cuentan con una enorme variedad dependiendo de la uva escogida para su elaboración, incluso algunos pueden llegar a tener una estructura muy parecida a la de los vinos tintos.

El consumo moderado de vino blanco a lo largo de la vida puede mejorar la salud pulmonar y prevenir la aparición de las enfermedades que afectan el sistema respiratorio. Por otro lado, su poder antioxidante es similar al que se encuentra en el aceite de oliva y por supuesto, en el vino tinto, y de igual manera protege a las células e impide el avance del cáncer.

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Dentro de sus propiedades también se ha comprobado que tres copas de vino blanco pueden tener un efecto protector en el cerebro, debido al ácido fenólico que protege de enfermedades neurodegenerativas como la demencia.

Por último, se sabe que las bebidas alcohólicas oscuras contienen más congéneres, que son componentes biológicamente activos que se cree que son responsables de las resacas, por consiguiente, el vino blanco contiene mucho menos cantidad de estos que el tinto.